¿La píldora roja o la píldora azul?
La realidad aumentada y la realidad virtual ya no pertenecen al mundo de la ciencia ficción. Tecnologías que permiten este tipo de experiencias estarán pronto disponibles en el mercado y gradualmente se irán volviendo accesibles para un creciente número de consumidores dispuestos a pagar por ellas. En años recientes gigantes tecnológicos como Google y Microsoft han hecho cuantiosas inversiones para desarrollar aparatos que ofrecerán a sus usuarios la posibilidad de sumergirse en una realidad diferente a la única que hasta hoy conocemos.
Nuestra realidad se verá aumentada en buena medida gracias a la red de sensores presentes en los aparatos “inteligentes” que conforman el internet de las cosas. Los artefactos con acceso a internet suelen presentarnos actualmente los datos que registran o que reciben a través de pantallas bidimensionales. Pero una combinación entre el crecimiento exponencial en el número disponible de aparatos con sensores y el perfeccionamiento de tecnologías para traducir los datos recopilados a estímulos sensoriales no visuales permitirá percepciones de otra naturaleza.
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