El discreto desencanto de nuestra burguesía
Existen personas incapaces de reconocerse en el espejo. Quienes sufren de este trastorno no encuentran en el espejo su propio reflejo, sino ilusiones que representan a seres humanos completamente distintos a ellos o versiones modificadas de sí mismos. Este tipo de padecimiento, producido por enfermedades neuronales o lesiones cerebrales, suele ir de la mano con otro, llamado agnosia de espejo, que consiste en no poder identificar las superficies reflejantes como tales.
La contraproducente desfachatez con que algunos funcionarios exhiben y disponen de los beneficios cosechados bajo la sombra del poder en México puede entenderse si consideramos a nuestra clase política como paciente de una incapacidad análoga a la generada por la agnosia de espejo.
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