De aparatos inteligentes y gobiernos no tan inteligentes
En “1984”, una famosa novela de George Orwell, cada casa en Inglaterra cuenta con al menos una telepantalla; artefactos empleados por el dictatorial Partido en el poder para controlar a sus gobernados mediante la transmisión masiva de propaganda indoctrinante y de contenidos alienantes. En este sentido, las telepantallas de la distopía orwelliana no son muy distintas de nuestras actuales televisiones sintonizadas en cualquier canal de Televisa o TV Azteca. Sin embargo, su cualidad más particular consiste en que, lejos de limitarse a transmitir contenidos, éstas pueden observar y registrar los movimientos y acciones de las personas al alcance de sus sensores. Todo lo que ocurre alrededor de una telepantalla, desde una agitación excesiva hasta una mueca sin sentido, es detectado y analizado por el Partido. Todo lo que resulta sospechoso es inmediatamente eliminado.
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